Dar sin
esperar recibir. Recibir sin necesitar devolver. Sentirse en deuda por recibir
tanto y no sentirse mal por lo que debes.
O ser uno quién
da y no sentirte mal porque no te devuelvan nada. Dar tiempo, saber, cuidado, cariño,
dinero, vida y no preocuparte por ningún tipo de devolución o pago.
El antropólogo
francés Marcel Mauss en 1925 reventó la lógica del intercambio económico en el
capitalismo que Carlos Marx denunciaba por ser terrible, explotador, alienante,
injusto y desigual. El mismo que el liberalismo clásico o neocon se empeña
ahora defender como “la gasolina” del progreso, aunque queme todo lo demás
salvo eso, el progreso, de algunos. Porque el cemento de la sociedad no es el
dinero, ni el interés económico, ni la defensa contra un enemigo común ya
inexistente, sino las relaciones sociales basadas en una economía y una ética del don. Claro que todo este rollo sociológico no es necesario para que
mi hijo pescador entienda y sepa lo que significa ser padre, o ser hijo. Además el día de la desveda siempre está muy cerca o coincide con el "día del padre"...
...Pero como yo me
quedé sin padre a la edad que tiene ahora mi hijo el pescador mi aprendizaje de
todo esto fue algo distinto...
...La pregunta
es ¿Qué persona nos hizo más días feliz? Nunca me lo había preguntado hasta
hace pocos años. Ha muy fácil identificar
los días de mi vida que de verdad fueron muy felices, intensos y dichosos. He
tenido la suerte, la inmensa suerte, de vivir muchos días así con bastantes
personas distintas. Luego he intentado sumar esos días. No ha sido tampoco muy
difícil esta aritmética, tengo buena memoria. Durante muchos años, durante casi
toda mi vida, he ido atesorando cientos de días en los que fui feliz en los
ríos desde que tenía diez años hasta ahora que tengo más de cuarenta y siete.
La mayoría de
esos días de agua y libertad, de truchas y gargantas, los pude disfrutar gracias
a una persona. Y puedo decir que esa persona es la que más días me ha hecho
feliz en mi vida. Pienso ahora en eso, en la cantidad de días, en una simple
suma, pero no puedo dejar de sentir también como fueron esos días, en la
cualidad e intensidad de esa felicidad, en su sustancia.
Supongo que él
lo hizo casi sin darse cuenta porque era su forma de ser. Era un tipo generoso,
divertido, siempre optimista e incansable. Me he reído mucho con él, yo que me
río poco, y con él he aprendido a sacar bien la sustancia de ese tiempo
precioso. Han sido muchos días, puedo sumar miles.
Hoy siento que
es mejor estar en deuda que ser deudor. Le debo todos esos días de felicidad y
eso me sirve para tener esos días muy presentes. A nadie
debo más. Cuando subo pescando por la garganta Jaranda desde el Puente Viejo hasta las Tres Juntas y la poza del Águila nunca siento que estoy caminando sólo.
Siempre me parece muy extraño que no esté él a mi lado pescando.
En la suma de
todos los días felices de mi vida gana Ángel. Es verdad que es mejor estar en
deuda que ser deudor. Una deuda de felicidad nunca se olvida.
Una preciosa relexión, como siempre. Yo también tengo una gran deuda, del mismo carácter que la tuya. Por eso, como tu, ahora únicamente aspiro a saldarla, ya que no puedo con él, con sus nietos.
ResponderEliminarYa leí Jorge...
EliminarBueno. Ya falta menos (por mi parte) para tocar truchas. Tenemos la costumbre de comenzar siempre en la misma garganta (desde los 15 años) vamos los 4 hermanos, a veces hasta los 5. Con la esperanza siempre de que no se hayan cargado el paraje y el río.