miércoles

DOBLETE



Pintura rupestre. Cueva de las Piletas
El tiempo se detiene. Es una certeza que el sol se ha parado justo antes de esconderse esa tarde. La enorme cascada de la poza los silencia y el agua es profunda, fría y más transparente que nunca. Ha subido una trucha a su ninfa y no ha caído en la trampa, pero un instante después otra trucha más grande que acechaba detrás de un gran bolo de granito sumergido ha mordido el señuelo de N. Fue en ese instante justo cuando el sol se detuvo a mirar esa pequeña aventura que pasaba en el agua de aquella garganta remota llena de agua de nieve. La trucha se resiste, nada al fondo, pelea duro, al pasar por donde tocó la primera, aparece de no se sabe dónde y se clava en la otra ninfa. Doblete. Disfruta uno de los pescadores del raro espectáculo mientras el otro sufre la tensión de la sorpresa, el riesgo de romper el hilo, el milagro de encestar uno tras otro pez en la sacadera. Y mientras el pescador espectador saborea ese pozo de tiempo otra trucha se clava en su caña. Y luego dos más que se escapan. Nunca truchas grandes pero si peleonas, con músculos entrenados en torrentes perpetuos.

Después el sol ha vuelto a su camino, ajeno de nuevo a los lances diminutos y extraños de los hombres. Pero los dos pescadores han sentido lo mismo, esa quietud total, esa gracia en el aire de la tarde, la alegría infantil del raro lance terminado con éxito, la luz especial que ha convertido la poza en un lugar que se va a grabar a fuego en sus memoria por muchos años.

Han sido tres días de pescar de sol a sol en lugares distintos, difíciles, broncos y al final ha quedado ese doblete de truchas como un remate perfecto. En otro tiempo los pescadores hubieran grabado en la cueva la silueta de los peces con azogue y con grasa para luego rememorar muchas veces aquel instante del sol detenido. Y eso hago de alguna forma aquí con palabras.


3 comentarios:

  1. Nacho es un fenómeno. No sabía que os conocíais. Me alegro de que disfrutarais de la pesca juntos.

    Proteo

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  2. Gracias...aún resuenan en esas piedras nuestra fascinación por la pesca!!! Tres días de reencontrase con los peces, con la gente, con los amigos...con emociones compartidas que quedarán para volverlas a disfrutar en cada nueva jornada. Abrazo fuerte

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