martes

S.E.C.A.


Foto de: Øystein Rossebø

Tal vez porque tiene más instinto de cazador que de pescador le gusta ver a la trucha salir de las tinieblas a morder la mosca que flota y le gusta menos sentir en el tacto la picada a la ninfa que va por abajo, tantas veces pescando a ciegas. Ha escrito “le gusta”, pero no es la palabra adecuada, dice poco, porque ver al pez salvaje salir hacia el señuelo, abrir la boca y dar el rabotazo en menos de un segundo es presenciar la belleza de todo lo que ama el pescador concentrado en una gota de tiempo.

Quizás será porque pesca más con los ojos que con los dedos. La ninfa es un aguardo a ciegas y "la seca" es presenciar el espectáculo del agua transparente, la subida, la picada, el chapoteo y la lucha siendo a la vez espectador y protagonista del instante. Hasta cuando pesca con los streamer lo hace a ojo y nunca al tacto. Le gusta ver al señuelo peludo nadar, retorcerse y descubrir de pronto la sombra que se acerca y le para.

No se trata de purismos, integrismos ni de militancias en el partido de la S.E.C.A. No se trata de satanizar al ninfero y pontificar contra la ninfomanía que va contaminando nuestras cajas de bichos, pero pescar “a ojo” en lugar de hacerlo “al tiento” es para el pescador un placer muchos más diverso e intenso. Será porque es un mirón, un voyeur retorcido y refinado que no desea tanto tener la trucha en la manos como tener además, en imágenes, todos los momentos de esta fortuna.

Pesca a ninfa, claro, y le divierte este usar, como si fueran ojos, el tacto de sus dedos, imaginar lo que ocurre abajo, clavar a tiempo. Pero no es lo mismo. Pescar a mosca es ver, mirar, observar, otear, presenciar, contemplar el intenso e inmenso espectáculo del agua y de la trucha que nada hacia el  pequeño amasijo de plumas aunque al final no muerda, descubra nuestro engaño, se dé la vuelta. 
Ver esos instantes es sentir el hierro caliente con el que se graban todas esas imágenes en nuestra frágil memoria.

Tal vez porque ver y pescar son a veces casi el mismo verbo.

3 comentarios:

  1. Yo siempre pesco de vista, nunca pude hacerlo al tacto. Simplemente no sé, jamás me funcionó. Necesito ver, pero no obligatoriamente a la mosca, sino al pez. Tanto a ninfa como a seca. Es algo que he adquirido desde que la balanza de mis jornadas de pesca se inclina más hacia los bigotudos que hacia las pintonas. Tiene el lado positivo de que disfruto de todas las picadas, pero el negativo de que he reducido mucho mi abanico de posibilidades. Será que prefiero calidad a cantidad...

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    1. Ver venir un buen bigotudo a aleta firme hacia tu moscón es una sensación indescriptible.
      Este año he pescado muchos con ninfa, sin verlos.... y no tiene nada que "ver", la verdad.

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  2. Coincido con los dos: donde esté una picada arriba...

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