Sereno en "las Veguillas". Victor y Ruth pescando mano a mano.
Al amanecer del día siguiente bajé al Tiétar a tentar a Barbos y Basses con una cañita de 8 pies línea 3 y un “San Juan” con bolita granate en un anzuelo del 14. Amaneció el día con tormenta, el río estaba hermoso a pesar del estío y de cómo le chupan su sangre en todas partes. Mañana cumpliré años. Por suerte los pescadores vivimos otra forma de tiempo. Los años son distintos, más lentos y más tumultuosos, con sus corrientes, cascadas, tablas de agua suave, espuma y ruido. El compás de la cañita me ayuda a respirar. Hubo días me que dejaba llevar corriente abajo. Hubo días de cruzar por el peligro. Pero siempre he sentido que los ríos me cuidan y yo les respeto. No sólo somos polvo de estrellas. También somos de agua.
Mañana no seré más sabio, pero si más feliz. El hijo pescador sabe de mi arrogancia.
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