La mayoría de los días bajábamos al río con teléfono y walki.
La razón del teléfono era la de tener una estupendo medio de comunicación en caso de una urgencia y la del walki estar comunicados entre nosotros cuando nos separamos a distancias importantes en lugares donde muchas veces el móvil no tiene cobertura.
Sin embargo van entrando al móvil mensajes, emails, guasaps, noticias del face, twuiteos varios… y no pocas veces abro el bolsillo interior del vadeador para “ver qué pasa”. Pero “lo que pasa” no está en la pantalla del móvil sino en el río. Lo que pasa es que uno anda distraído, en dos o más mundos paralelos e imaginarios, sin tener la cabeza en lo que ocurre en el agua.
Vale que en la ciudad andemos por la calle zombificados, toqueteando el móvil sin parar, chateando, revisando tres emails a la vez, quemando los 140 caracteres del Twitter, viendo el último video que nos manda U, guasapeando con X, con Y y con Z, hiperconectados en varios mundos paralelos, metidos en estas nuevas necesidades de comunicación acuciante e inaplazable, pero…¿en el río?...
Hace un año vi en Nueva York algunos bares unplugged, en donde no había wifi y hasta tenían inhibidores para que no funcionasen dentro los móviles. En alguna tiendas vendían un fundas inhibidoras que llevaban la leyenda My phone is off for you. Hasta algunos colegas habían adoptado el "sábado desconectado” o el fin de semana desconectados, no encendiendo esos días ni el ordenador, ni la tablet, ni el móvil. Es curioso, pero los primeros que había adoptado este unplugged eran pescadores.
Hace tiempo que ya bajo muchas veces al río a pescar unplugged. Además en lugares donde voy no hay cobertura. Llevamos casi siempre los walkis, pero los móviles van siempre apagados.
Sigo estando hiperconectado a varios mundos paralelos, pero todos están aquí, en el río.
Yo hace tiempo que pesco desconectado. Llevo el móvil, pero como no suele haber cobertura es mejor así. Además ahorra batería. Como mucho conecto el modo avión y conecto el GPS si el destino es nuevo y quiero registrar la ruta seguida. Un saludo
ResponderEliminarHe visto en el Tormes a más de uno y más de dos pescadores metidos en el agua con la caña en una mano y mirando el móvil con la otra, tecleando un sms o hablando a voz en grito de futilidades...
ResponderEliminarYo, a no ser que espere la llegada de algún amigo para pescar conmigo, apago el movil para comenzar a pescar. Es una costumbre que tengo desde hace muchos años.
ResponderEliminarY qué alivio es desconectar de verdad. Gracias Joaquin.
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