No tendremos mucho futuro si seguimos dependiendo del turismo o el
ladrillo, si preferimos comprar espárragos chinos en lugar de los navarros,
aunque estos últimos sean algo más caros. Sólo si los consumidores consideran
el valor de la situación laboral de quien fabrica el producto comenzará a cambiar el mundo.
La industria textil disfruta de la globalización y la
deslocalización. Prácticamente el 100% de su producción está en países en los
que las empresas pagan a los trabajadores que hacen nuestra ropa salarios de
entre 60€ y 250€ mensuales por jornadas de más de ocho horas, países sin
legislación en derechos laborales o protección social. No nombro marcas ni
países de sobra conocidos por todos los consumidores. No es un tema de ignorancia
inocente. Todos sabemos, todos compramos. Ocurre de forma similar en otros
sectores industriales que fabrican productos que compramos los pescadores:
vadeadores, cañas, carretes “made in…”
Sin embargo algunas marcas fabrican o comienzan a fabricar “aquí”
y publicitan este “valor”. Me viene a la
cabeza el de las sartenes alemanas Woll, que en el ámbito europeo han
conseguido un nicho de mercado ofreciendo sartenes de alto precio pero de
altísima calidad y que garantizan por 25 años, en contraposición a la gran
manufactura china de baja calidad, gran cantidad y muy bajo precio. Una simple sartén
puede ser también un producto de alta tecnología europea.
Otro ejemplo muy claro es el de las cañas de pescar Orvis, fabricadas en Estados Unidos. Han conseguido que una gran parte de los pescadores consuman
dicho producto garantizando que se hacen con orgullo en Manchester, Vermont. Su
publicidad ejemplifica esta cuestión: “(...) Moderno color verde sombra,
portacarretes y pasahílos de color negro níquel. Fabricada con orgullo en Manchester,
Vermont. Viene con el tubo de aluminio, funda y la garantía de 25 años de
Orvis”. Es evidente que la marca quiere informar al consumidor de que la
compañía no solo pretende su beneficio económico, sino beneficiar al país, dar
trabajo allí, recuperar la calidad de lo made in USA y el valor del trabajador
americano. ¿Dónde está ese orgullo de los productos fabricados
con cuidado y calidad en España? Aquí Tenemos Maxia Rods. “Orgullo made in
spain”. Me alegra que la marca funcione, venda y los pescadores la consideremos
no sólo porque sean buenas cañas, sino porque además se fabrican aquí, con
salarios de aquí y derechos laborales Europeos. (Y no, Maxia no me paga un duro, ni me
regala nada por esta "buena prensa", ni tampoco Orvis.) Se puede competir con
I+D+I, difundir la ética del precio justo y estar orgulloso de empresarios que
no hacen lo fácil, deslocalizar en China o Bangladesh, sino fabricar aquí, en Gijón, España, Europa.
* Entrada del blog escrita utilizando información del ensayo escrito por Iker
Soria Royuela: “La crisis, sus causas y las consecuencias en Extremadura.
Propuestas sociales y económicas para una forma de regeneración y progreso
fuera de las propuestas de desarrollo dominantes”. Ganador 2015 del PREMIO DE
ENSAYO DE CIENCIAS SOCIALES DE EXTREMADURA promovido por ACISE (Asociación de
CIENCIAS SOCIALES DE EXTREMADURA) en colaboración con la ASAMBLEA DE
EXTREMADURA.
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