Ha pescado muchas veces con ellos y también con martines azules
como chispas encendidas de carbonato de cobre. Van y vienen volando bajo la
bóveda del río a la velocidad del sueño. Se posan frente a él, nerviosos,
curiosos, tal vez cómplices. Desaparecen bajo el agua en busca de comida y
vuelven a aparecer como si traspasar esa fría frontera fuera correr una leve
cortina de seda transparente. Siempre están en los ríos que visita y ya casi
nunca se espantan de su extraña figura humanoide tras la visera, el caparazón
grisáceo del chaleco lleno de archiperres, el vadeador marciano y las
polarizadas grandes. Pescadores ambos, con similar alma de inquietos,
expectantes, saltarines, intrigados por lo que el agua guarda, esconde, atesora
o da sólo a quienes entienden su fragilidad y su secreto. Mirlo de agua, hombre
de agua, habitantes ambos de una libertad muy desnuda que no requiere de
retóricas o prolijos tratados de política. Podrían ser amigos si hablasen la
misma lengua, pero sólo son hermanos, más bien primos, conectados por mágicos genes, separados por unos pocos milenios de evolución y azar.
Muchas veces ha contemplado el pajarillo su éxito con la imitación
de frigánea hecha con pelo de ciervo y plumón igual que él se ha asombrado tantas
veces de sus buceos y fortuna tras las larvas. Llevan ya juntos muchos años
compartiendo esos ríos. Uno sabe que si el otro se extingue se acabarán también
para él las horas de alegría. El otro sabe que si el pescador desaparece algo
reseco y venenoso podría arrasar su pequeño paraíso. O tal vez no lo sepan, y
no importa. Lo que vale es estar juntos en el agua, escuchar el mismo
cascabeleo de las cascadas, la sombra fresca de la maleza, el musgo de
terciopelo, las pozas llenas de tricópteros y truchas. El pescador se para a
contemplarle siempre que pasa veloz o bucea o se posa tan cerca y le mira
inclinando la cabeza, cimbreando la cola y gritando su “sritt”. Cinclus cinclus
del griego antiguo κίγκλος, “pequeña ave de río que menea la cola”.
Si, como en las tribus ancestrales que esculpían en árboles gigantes su silueta, él es su tótem.
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