martes

SEÑAL


Hace más de cuatro años que llevo viendo en algunas zonas de mi garganta a los cangrejos Señal o cangrejos del Pacífico (Pacifastacus leniusculus). Nadie, ningún biólogo o experto de la cosa piscícola a dicho esta boca es mía. No es que se vea alguno es que hay cientos. También se ven cada vez más visones y cormoranes. 

En el Tiétar y el Tajo comienzan a pescarse siluros de buen tamaño. En paralelo puedo decir, sin haber hecho ningún censo contrastado, que cada vez veo menos bogas, barbos y cachos. También menos truchas.

Poco importa a nadie todo esto. Poco importan las gargantas o los ríos salvo para regar cultivos y poder tirar de la cadena.
He conocido el antes y el después de muchos de estos ríos y gargantas y puedo decir lo que he visto. Antes estaban limpios y llenos de vida, ahora no.

Quedan aún unos pocos limpios y salvajes. No sé por cuanto tiempo.
No quiero contagiar a mi hijo el pescador tanta tristeza. Tendremos que volver al norte, a Suecia o Finlandia, allí en los ríos viven dioses y duendes y son por esto respetados, cuidados y queridos. Me tendré que exiliar allí.

4 comentarios:

  1. Yo lo vengo comentando hace mucho sobretodo en Facebook que es alarmante la regresión que han sufrido estas especies únicas en el mundo (bogas, bermejuelas y cachos son endémicos de la península ibérica y en muchos casos ¡¡endémicos de un solo río!!).

    Las especies invasoras junto con la contaminación son los dos mayores problemas, muy difíciles de atajar ya... Nuestros ríos se convertirán en el hábitat de las especies más dañinas de otros continentes solo por su "pesca deportiva", la mayoría de pescadores las pescarán sin pensar solo un segundo en los millones de años de evolución y del esfuerzo que supuso a nuestras especies llegar hasta nuestros días.

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    1. No he nombrado los peces gato, las percasoles o los alburnos que arrasan con todo tipo de puestas de las otras especies. Luego, cuando no quede nada, hay quien pedirá repoblaciones con peces de plástico, grandes, eso sí.

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  2. Qué puedo decir a parte de que esta entrada me ha puesto de una mala leche que no veas. Y es que encima he empezado el día escuchando en radio una entrevista a X. de Pedro, presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro. Y digo esto por lo que comentas de que lo único que parece importar es regar y tirar de la cadena (añadiría producir electricidad). Yo tendré que exiliarme a Italia, donde parece que mi querido Barbo del Ebro fue introducido. Sé que entonces me habré pasado a las especies exóticas, pero ¿qué otra solución me quedará?
    Un saludo

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    1. Bueno, lo de las presas y represas y subpresas y minipresas, eso si, ninguna con remonte para peces, es para llorar, no sólo por el desastre ecológico, las aguas muertas, los sedimentos hipercontaminados sino porque, además, la gente "corriente" no se beneficia de la corriente eléctrica que generan unas aguas que, se supone, son de todos.

      El barbo aguanta en mi tierra. Las bogas, que había miles subiendo por las gargantas en primavera, ahora son escasas. En el Ibor, subiendo junto a los barbos en época de celo, suben ahora también miles de alburnos que se ceban con las puestas nada más desovar las hembras, me temo que en pocos años el río quede desierto.

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