Volvió a Mordor en pleno invierno. Pero Saurión no tenía abierto
su ojo así que las aguas no estaban calientes y no había siluros, ni
luciopercas, ni barbos, ni bass activos y eufóricos por el calor y la gran
cascada. Lo que si había era muchos pescadores y hasta un equipo de televisión
filmando aquella muchedumbre, ávida de orcos-wels, probando inútilmente todo
tipo de señuelos de plástico y cebos orgánicos hechos con recetas secretas.
Conseguir tocar siluro grande o muy grande era un virus corrosivo
que estaba contaminando a muchos pescadores de los que solían ir al pantano
superior de Mordor a pescar bass desde todos los confines de la tierra media.
Aunque las leyes obligan al sacrificio del orco-wels nadie mata los bichos.
Unos pocos, aborígenes de tierras remotas, se atreven a llevárselos y guisarlos
según las costumbres de sus pueblos a pesar de las miasmas del agua.
Pasaron unos cuantos pescadores montados en sus patos, con sus
sondas y dos o tres cañas con señuelos distintos que, tras haber recorridos una
distancia considerable de ambas orillas, no habían tocado ni un pez. Estaba
claro que la clave era el ojo de Saurión, su calor templando las frías aguas
del río. Sin calor no había peces.
El hijo pescador no ha querido venir ¿pero a qué vais a Mordor, si es un lugar horrible? Este día le acompañaron
E. y D. curados de espanto, sensibles a encontrar la belleza aún entre
monstruos y monstruosidades. Mordor es
el resultado de la torpe o inconsciente o arbitraria mano del hombre
contaminando el gran río con sus vertidos desde más arriba, construyendo la
central radioactiva de Saurión, la presa de V. más arriba y la de T. más abajo,
soltando todo tipo de peces exóticos como el pequeño alburno o el enorme wels,
llenando de basura la orilla… aún así el paisaje de dehesa que rodea el lugar
lo llena de belleza. Jarales y tomillares, encinas y alcornoques convierten el
paraje en un lugar precioso que aún resiste. El pescador tiene la certeza de que su torpeza borrará al hombre
de la faz de la tierra, pero quedarán los arraclanes y las culebras, las
encinas y los peces.
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