El primer pescador que dejó el arpón para probar atrapar peces con
una caña y un anzuelo ya fue muy innovador. Entonces, en ese momento, la caza se convirtió en
pesca. Desde ese momento no hemos parado de investigar e innovar, aunque una y
otra vez algunos vuelven, o volvemos, a utilizar materiales antiguos como líneas
de seda natural, cañas de bambú, plumas y pelos en lugar de las líneas
de plástico, las cañas de grafito o el floam y las fibras sintéticas de colores. La
innovación no para aunque la ciencia y el instinto que hay en un perdigón con
cabeza de tunsgeno sea el mismo que el que hay detrás de este anzuelo de hueso de la foto.
Yo no tengo ningún prejuicio hacia la innovación de los materiales
que utilizamos para pescar. El día que hagan una caña de grafeno, unos anzuelos de
cristal transparente o una seda invisible en el agua la probaré sin ningún problema.
Hoy utilizo por igual una caña de bambú o de glass o de grafito, una seda
natural o una sintética, un saltamontes de floam o una preciosa seca montada
por Azorero.
Lo que ha cambiado es el río y con él, la necesidad y la ética de
no matar a los peces. Los ríos sí son muy distintos, la mayoría arrasados,
tóxicos, embalsados y empobrecidos en su biodiversidad y su belleza. La
innovación en los materiales que usamos está clara, la innovación en nuestra
forma de ser pescadores también: no matar, no ensuciar, no romper, respetar la
biodiversidad de los ríos y hacer invisible nuestra presencia antes y después
de haber pescado.
Le digo a mi hijo el pescador que tal vez el cambio climático o cualquier otro Apocalipsis nos obligue a volver al pasado, a vivir en las cuevas y pescar con anzuelos de hueso para sobrevivir... has visto demasiadas películas de zombies papá. Me dice.
"la innovación en nuestra forma de ser pescadores" frase sencillamente, brillante. Totalmente de acuerdo.
ResponderEliminar