martes

FUTURO II


Me sorprende el primer sol a pie de agua, tocando truchas, envuelto en soledad, tomillo en flor, agua muy limpia. Mis ríos mantienen frescos los recuerdos de los que se fueron. En ellos siento mejor que en ningún sitio que estoy vivo. De ellos obtengo dicha, placer, felicidad, que son cosas distintas.

La idea no es dejar los ríos como están para las generaciones futuras sino dejarlos mejor, con agua limpia, con caudal, con peces sanos, salvajes, autóctonos… Y sobre todo que puedan ser conocidos, valorados y hasta usados, sin que su uso implique destrucción o degradación, por todos los ciudadanos. No se trata de proteger determinados santuarios prístinos de visita prohibida y que el resto de los ríos o del río sea una mierda, sino de recuperar todo su cauce, desde el nacimiento a la desembocadura. Dentro de cien años nadie va a entender porqué no nos importaron nuestros ríos, porqué los contaminamos, secamos o embalsamos para el peculiar beneficio de unos pocos. Hoy ya no lo entienden muchos.


La libélula vivió parte de su vida bajo el agua y ahora vuela.



4 comentarios:

  1. Ojalá más gente pensara así.
    Y es que hay ríos a los se le van diezmando las aguas, en cantidad y calidad. Y eso repercute en todo su entorno.
    Espero que las libélulas sigan teniendo aguas en las que reproducirse.

    Saludos

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    1. Gracias Josiño. Año tras año veo cada vez más ríos secos, "verdes", medio muertos, aunque el sentir social comienza a cambiar gracias a la Nueva Cultura del agua.

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  2. No puedo estar más de acuerdo. Hay que luchar por nuestros ríos. Saludos.

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