domingo

PRIMAVERA

Pescar a cien metros de casa, de siete a diez, en la soledad limpia del torrente. Al volver mi hijo el pescador aún duerme, sueña con grandes truchas, con salmones, con Laponia. Al volver, siento que estas horas fueron también un sueño. Las truchas libres, allí abajo, en la penumbra fría, salvaje y perfecta de agua.
O la belleza.

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