lunes

RECECHO




Tal vez exista otro lugar, ciudades, un mundo que va deprisa, las etiquetas, los ruidos, los titulares, las promesas... Mientras tanto camino hoy por la primavera amable de las tormentas. Piso la arena del Tiétar despacio, con la caña de diez pies, línea cuatro y una ninfilla del catorce que he montado hace un rato. Rececho barbos y carpas. Soledad absoluta, corriente fuerte, barbos asustadizos que vuelan bajo el agua a la mínima sombra.
Caminar, recechar, adivinar el pez y lanzar con delicadeza el engaño. Tal vez exista otro lugar, dicen que lejos de aquí hicieron ciudades, carreteras, proyectos, progresos. Luchar con un pez, correr por la orilla para ganar línea, sentir que tantas veces ganan ellos y algunas yo. Ver luego, cuando los suelto agotados, como desaparecen con furia en un segundo.
No está conmigo mi hijo el pescador. Le hubiera gustado este instante largo de tantas horas. El sonido del carrete soltando línea tras la picada. Sentir su fuerza, las ganas con las que se lanzan a por la ninfa cuando la descubren reptando por el fondo, la tormenta de hoy aún lejos. He podido tocar hoy varios barbos, caminar río arriba, sentir que otro mundo es posible, también aquí. Los peces llevan millones de años sobre la tierra. ¿Cuánto nosotros?.


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