martes

DE NUEVO SOMBRA


Luché con Sombra el viernes. No se dejaba acercar a la orilla. Olvidé la sacadera y al intentar sacarla a mano se soltó. Las truchas grandes son como una aparición, algo mágico. Su forma de luchar es muy distinta.

Luego crucé por la chorrera bronca de abajo, el agua estaba tomada y no veía el suelo. Utilicé el tacto, el instinto, crucé despacio y seguro, fiándome de la inteligencia de mis piernas y de mi equilibrio, no miraba el agua, sólo el horizonte. Hacía mucho tiempo que no cruzaba por un sitio tan difícil. Si tropiezo adiós. Seguiré tentando paciente a Sombra. Ya no tengo prisa. Se lo cuento a mi hijo el pescador. Me hubiera gustado tanto que la hubiera visto luchar.

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