jueves

QUIJOTECA


Intento imaginar como serían los montes y campos de la España del Quijote, finales del XVI y principios del XVII porque en nada se parecen al campo de hoy. Se estima que en España podrían vivir entre siete y diez millones de personas ¿Se imaginan? Gente viviendo en villas y aldeas, también mucha gente viviendo en el campo pero aún así éramos bien pocos. Sin embargo en esos años había escasez de alimentos, el secano de una agricultura aún primitiva no daba para más y en esos años muchas tierras de pasto y monte se hicieron de cultivo. Cientos de hectáreas se quemaron y roturaron para incrementar la producción de cereal, aunque se mantuvieron las dehesas y montes públicos porque la dependencia energética de la leña o el carbón vegetal era total. Pero debemos imaginar que la mayoría de nuestro campo era monte salvaje e improductivo,  nada que ver con las cientos y cientos de hectáreas peladas que vemos hoy, con este campo continuo de viñas e inmensos labrados de La Mancha. La gente corriente, el pueblo llano, la mayoría, apenas contaba con pequeñas hazas, olivares de pocos árboles, viñedos diminutos y siempre muy cercanos a los pueblos porque la capacidad de labranza de los burros era muy limitada. Tener bueyes o mulas era cosa de ricos.

En el campo de ahora ya no existen tampoco los grandes rebaños de la ganadería trashumante que había entonces y con ella han desaparecido las cañadas, los cordeles, los descansaderos, las fuentes, las ventas habitadas en lugares remotos, las casonas de labranza, las quinterías, los cientos de molinos de viento y agua que trituraban el trigo o la aceituna al pie de todos los ríos. La caza menuda era muy abundante y la mayor no tanto porque además su derecho de caza era cosa nobles, no de villanos. Pero quién más o quién menos trampeaba conejos y pájaros para animar la siempre dudosa olla garbancera, pájaro que vuela a la cazuela. Alonso Quijano tenía palomar así que podía merendarse algún pichón de cuando en cuando. Los ríos corrían salvajes, sin presas, ni canales, ni mierda aunque había muchos molinos de agua para aceituna y trigo, y muchos pescador de red y de ventaja para comer y vender lo pescado.

Leyendo despacio el Quijote podemos detectar todo lo que hoy en el campo ya no existe y todo lo que entonces era inconcebible aunque pocos años después comenzaron nuevos desmontes y roturaciones rompiendo el precario equilibro entre las tierras de labor, de pastos y de montes y comenzaron a faltar la leña y los pastos para sustentar la cabaña vacuna y ovina, se privatizaron muchos montes y zonas de pastizales comunes de los baldíos, unos baldíos que usaban los labradores sin tierra para alimentar a sus cuatro cabras y sin estos pastos no podían alimentarlas, conseguir leña o bellotas. Y muchos agricultores casi pudientes habían pedido prestado para poder sufragar esos nuevos desmontes y labrados pero el valor de todas esas tierras comenzó a disminuir, a producir menos y muchos labriegos no pudieron pagar los intereses, los diezmos, los derechos señoriales, los impuestos del rey… y comenzó una gran crisis…pero esa es otra historia, aunque les suene…


No hay comentarios:

Publicar un comentario