martes

F.



Le gustaría decirle al hijo el pescador que la felicidad es una trucha formidable, rara y esquiva que nada en un río grande y turbulento lleno de remolinos, de rápidos y sombras. Le gustaría utilizar esa metáfora para que entendiera que la felicidad no es fácil ni sencilla, aunque a veces, por azar y sin arte, podemos pescar una trucha grande y sentirnos, sin serlo, un buen pescador.

Caminamos río arriba muchos días, muchos años, aprendiendo todos los secretos de esta ciencia o de este arte que es pescar o que es vivir. Si no somos demasiado tontos o arrogantes, descubrimos muy pronto que pescar truchas grandes y difíciles tiene poco de azar y mucho de trabajo, de no ansiar ese premio cada día sino de olvidar la felicidad, la trucha monstruo, el sentido de tantos madrugones y seguir caminando río arriba con un raro entusiasmo, sin perder la pasión, sin que el agotamiento nos desgaste los sueños.

Le gustaría decirle al hijo pescador que ser feliz o pescar un sueño tampoco es importante, que lo que de verdad importa es no traicionar al amigo ni a uno mismo, saber amar, tener el privilegio de ser amado y de saberlo, Ser y sentirse algunas veces libre, independiente, soberano del tiempo de uno mismo, tener curiosidad, que nos emocione la belleza sea cual sea su secreto y su forma, no conformarse con lo fácil, saber estar solo y saber estar en compañía, tener memoria, hambre y poder satisfacer, sin mucho lujo, ambas necesidades. Le gustaría contarle al hijo pescador todo lo poco que ha aprendido como pescador y como hombre, pero no le cuenta casi nada, por timidez o por pudor o por saber.

Pescan a veces juntos, en ríos difíciles, pocas truchas casi siempre.
Y no nombra, ni le dice, ni quisiera escribir tampoco aquí, para no desvelar ese misterio, que eso es la felicidad.



2 comentarios:

  1. Cierto, la felicidad no es fácil ni sencilla. El truco para alcanzarla consiste en no buscarla. Perfecto como siempre, compañero.
    ¡Saludos!

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  2. Gracias Jorge. Pero a veces tardamos muchos años en descubrir ese secreto, que no hay que buscarla.

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