(Fotografía de Robert Capa)
Hubo años de
acercarte a los ríos todos los sábados y domingos y años de estar en el agua sólo unos pocos días. Pero todos
te parecen muy lejanos, como si hablases de una vida que no fue tuya. Tal vez
por eso quieres escribir de muchos de esos días, para no olvidar, para entender
porqué, para recuperar a ese que fuiste.
Salías de la ciudad de madrugada y recorrías en soledad cientos de kilómetros de
noche para llegar al río al amanecer. Te gustaban mucho esos viajes. La música en
la radio, el ronroneo del coche, las luces en lo oscuro abriendo tu camino.
Ahora duermes
siempre cerca del río en el que vas a pescar y has perdido la sensación de esos
viajes largos pero al levantarte hoy has recordado los días de ir a los barbos cuando
entonces pocos los pescaban, de llegar a la vez que la luz al río, de bajar por
el barranco conocido y sentir que ese pequeño valle te hablaba del principio de
los tiempos del mundo, de cuales son los colores de la alegría y de que significa
de verdad la vida, lo salvaje, la plenitud. Has recordado que al día siguiente
subías mucho más arriba para tentar a las truchas. Caminaba kilómetros de
orilla porque siempre te parecía mejor la tabla o la poza siguiente y hubo días
de querer llegar al nacimiento del agua. No te explicabas cómo habían subido
hasta allí los peces por unas cascadas de varios metros de caída vertical.
No había
entonces caminos, ni carriles, ni facilidades. Pescabas todo el día hasta estar
de verdad agotado ya muy arriba y seguías para bajar las difusas trochas de los animales
salvajes mientras caía la tarde.
Tal vez haya
pasado mucho tiempo de ese recuerdo pero no te importa. Este año, cuando al
otro lado del sedal peleaba contra ti una gran barbo o una buena trucha, todo
era igual.
Sientes de
forma muy intensa esta mañana que es un privilegio estar vivo, sano,
seguir siendo un pescador.
Una entrada sublime, en tu línea. Pero en este caso voy a destacar especialmente la foto que has elegido para ilustrarla, aunque no sea tuya. Es sencillamente genial. No sé cómo Capa no se hizo famoso por ella directamente y sí por la de la muerte de un miliciano. ¡Saludos!
ResponderEliminarHay alguna foto más de Capa que hizo a Gary Cooper pescando. Hay que recordar que la pesca en EEUU, en esos años y ahora, no es un deporte sino una acendrada costumbre social mayoritaria. Hay cientos de películas yankis de los años 30, 40, 50 y 60 con escenas de pesca que deberían parecer muy exóticas al espectador español...
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