martes

CLACK



En ese instante todo el espacio-tiempo se concentra. La energía que mueve el mundo sale del agua, corre a la velocidad de la luz por el sedal, llega a la caña, a tu mano, tu brazo y tu cerebro. La trucha ha mordido la mosca, la ninfa, el señuelo y tú has clavado a tiempo.

A veces, en un día entero de pesca, uno vive sólo unos segundos ese instante y al pescador ya le compensa todo el derroche de tiempo, energía, vida, paciencia, sueño. Otras veces en cada recodo, postura, hueco, sombra, remolino en el que cae el señuelo aparece el pez para besar, probar, picar, mover, rechazar o clavarse en nuestro anzuelo.

Pero hay otro instante en el que todo el espacio-tiempo se expande y la energía que mueve el mundo se va por un agujero negro, es cuando el sedal, siempre demasiado fino, hace clack. Pero no es el sedal el que falló, siempre fallamos nosotros y nos da rabia el truchón huido con el piercing en el labio y nuestra torpeza al tensar un poco más, al mover la mano, no haber visto la piedra afilada, la rama sumergida, al fuerza del pez al tomar la corriente.

Entre el segundo luminoso y el oscuro vive el pescador, asumiendo que en la vida siempre hay sorpresas y rupturas.

3 comentarios:

  1. El momento luminoso es ciertamente maravilloso, mientras que el oscuro realmente odioso. Pero es cierto que en ambos son mágicos porque en esos instantes el tiempo se detiene.

    Un saludo y enhorabuena por el blog

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  2. Preciosos párrafos.
    Felicidades por el blog. De lo mejor de la red.

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  3. Muchas gracias por vuestras palabras Jorge y A.

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