jueves

PALABRAS


(Pintura de Diane Michelin)


A veces pesco con las palabras.
Anzuelo, sedal, río, caña, garganta, ninfa, efémera, hondo, rasera.
Intento escribir ligero y pescar ahora con casi nada después de años de barroquismos y chalecos de mil bolsillos atiborrados de cajas, hilos y chismes.

Las palabras también pescan al nombrar secretos, recodos, recuerdos, sensaciones.
Intento, como me enseñó Eduardo Galeano, utilizar sólo las palabras más vivas, las más imprescindibles. Casi siempre voy al río sólo con una caña y una caja pequeña con dos docenas de moscas y de ninfas. Poco más.

A veces pesco con las palabras y con el silencio. Las lanzo a la corriente y se hunden despacio o flotan sin romper la superficie. El lenguaje de los pescadores es oscuro para los ajenos. Dicen que los inuit tienen docenas de palabras para nombrar el hielo. También nosotros tenemos docenas de palabras para nombrar el agua. Dicen los filósofos que sólo existe lo que se nombra.

Y el hijo pescador tan lejos.

2 comentarios:

  1. Y con las palabras se recuerdan viejas gestas y se enseña a nuevas generaciones. Son vitales, pero como con todo, hay que encontrar la medida justa.
    Me gusta tu idea de reducir el equipo al máximo. Llevamos siempre un poco de mucho para por si acaso, y generalmente lo que usamos es un mucho de poco.

    ¡Saludos!

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  2. Yo tardé mucho en ir dejando cajas y cajas de moscas, hilos, herramientas... Ahora, por estas fechas y con estos calores ya no llevo ni vadeador. Mi equipo es una caña, gorra, gafas, sacadera y una caja pequeña con moscas...
    Si voy lejos, a un río poco conocido ya es otra historia...

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