(La película "The River Why", cuando la estrenen, va a gustar a muchos pescadores)
Mi hijo el
pescador ya tiene doce años. El año que viene va al instituto. Los amigos, los
estudios, los viajes, los amores le llenarán la vida de nuevas sensaciones,
descubrimientos, experiencias… y tendrá menos tiempo para ir conmigo al río
detrás de las truchas. Todos vivimos esa frontera adolescente.
En mi caso a
veces dudo si al final ganaron las truchas a los amores. Hacer compatibles
ambas pasiones es muchas veces difícil. Uno elige, alterna, reparte el tiempo,
siempre escaso, intenta explicar a las mujeres qué tienen los ríos que no tengan ellas, intenta
explicar a los ríos qué tienen las mujeres de imprescindible… y no siempre lo
consigue. Otras veces llevamos al amor al río aunque entonces la caña trabaja
poco y descubrimos lo bueno y lo malo de un tálamo de helechos. Y muy pocas, nuestro amor entiende que el aire es importante, que necesitamos alejarnos de todo y
estar allí, sin prisas, solos, sin horario o reloj, metidos en el agua lanzando
una mosca a quién sabe que rincones de la imaginación o del torrente.
No sabría qué decirle a mi hijo el pescador. Tal vez que vaya a dónde el corazón le lleve, sin
aplazar nada, sin engañarse con lo que de verdad importa en cada momento y lo
que no. Que habrá días en los que no querrá salir del río y noches en las que
no querrá salir de un abrazo. Otros, en cambio, sentirá que apenas queda nada
más que seguir caminando hacia delante, solo.
Pero ya lo irá
descubriendo él a su manera.
Y sueño que de
vez en cuando quiera bajar conmigo a la garganta y que me enseñe entonces lo
que él ha aprendido por su cuenta. De la vida. Del amor. De las truchas.
Cierto, la adolescencia es esa edad en la que nuestra pasión empieza a luchar contra otros intereses por el control del tiempo. A mí por ejemplo, aunque no totalmente, me alejó bastante de los ríos, lagos o embalses. Pero ten esperanza, y paciencia. La cabra siempre tira al monte, y el pescador al río. Yo lo hice, y volví a disfrutar de la pesca con mi padre. Espero que tu hijo haga lo mismo.
ResponderEliminarUn saludo
Eso espero yo...
ResponderEliminar