Lucios, percas
y tímalos en el Kultsjöan. Peces
luchadores. Victor tocó dos buenos lucios que tiraban como truchas, sin dar su
cola a torcer ni un segundo. Olvidada la sacadera ese día, mi mano tuvo que
hacer su labor sufriendo algunos rasguños con las raspas de sus agallas.
Miguel, guía y
amigo, andaba en la otra orilla con su equipo de pescar tiburones, “estilo
sueco” a juzgar por los hilacos, cucharillones y ninfasmonster que vimos
enganchadas por ahí.
Se trata de
una polémica interminable entre los pescadores. Equipo ligero para luchar con
el pez con pericia y riesgo o equipo potente, a prueba de roturas, para sacar
al pez cuanto antes y que sufra menos. En el equilibrio está la virtud, aunque
yo me inclino más por los equipos ligeros.
Esos días del
norte se han grabado a fuego en la memoria, pero ¿cuáles no?. El pescador
visita muchas veces los ríos de los recuerdos, pesca de nuevo en ellos una y
otra vez. Me hace feliz subir mañana al Duero a tentar al Campano con mi hijo
el pescador. Me hace feliz también, tantos días en la ciudad, pescar en mi
memoria lucios, tímalos y truchas...
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