El diario de memoria de un padre pescador en los ríos de su vida.
lunes
ANZUELO
Usamos anzuelo sin muerte, dejamos libre al pez. Sin embargo, en la vida, los anzuelos que nos proponen con palabras atractivas y bien cebados de sueños adecuados, promesas difusas y futuros de purpurina, tienen arponcillo y será muy difícil arrancárnoslos. Le digo al hijo pescador que deberíamos ser como viejas truchas precavidas y ver el anzuelo afilado detrás de plumas de colorín y los tiseles tan brillantes.
ojalá fuésemos como esas viejas truchas que tu dices, ojalá... Un saludo compañero
ResponderEliminarComo siempre, sencillas pero profundas reflexiones.
ResponderEliminarGracias por compartirlas en este fantástico blog.