lunes

SOLO



Y el hijo pescador lejos, en su vida, así que me escapo a un río donde poder olvidarme que estoy sólo.

Mientras los kilómetros me van acercando al agua pienso en la mosca que voy a atar, en el recodo del río donde comenzaré a caminar, en que casi siempre en la vida estamos solos y el milagro es lo otro, la compañía cómplice, el amor con aire.

El agua está algo turbia, cambio una spent crema por otra carne por otra verdosa por otra paja por otra gris por otra tostada por otra dorada. Pero no tengo prisa, no me agobian los rechazos de las truchas. Hoy siento que no he subido al río a tocar peces sino a lanzar la seda del tres, a hacer los deberes como pescador mediocre, a intentar posadas etéreas debajo de los sauces, a evitar los dragados y los bucles chapuzas. Siempre aprendiz. Treinta y cinco años ya de pescador. Pronto un año más y siempre aprendiendo, descubriendo, asombrándome...

El hijo pescador comienza a adivinar que en esta ciencia, en este arte de los ríos nunca será un experto aunque engañe a muchos peces y sepa cual es la mosca exacta a la que se ceban esta tarde. Hoy no le tengo al lado y le echo de menos. A veces logramos pescar con un amigo y nos sentimos igual de bien que cuando pescamos solos, conseguir esta complicidad es bien difícil y rara. Yo tengo la suerte de sentirme así con unos pocos.

Pero hoy estoy solo y me siento bien, como diría Miguel, con mis amigas las truchas.



PD:
Para los amantes del personaje y del icono: Es simpática esta foto de Marilyn. Ahora que se cumplen 50 años de su muerte, murió con 36, sola y deprimida. Pero aquí parece feliz con la caña en la mano, aunque esté posando.


4 comentarios:

  1. Pescar en soledad... Para mi es la sensación de paz en estado puro. Cierto es que compartir jornada con otra persona es muy gratificante y enriquecedor, pero cuando uno necesita evadirse al 100% de lo cotidiano, nada mejor que bajar al río solo.

    Como siempre, estupendas entradas las de tu blog.
    Saludos

    Carlos

    ResponderEliminar
  2. Tienes razón Carlos. No hay nada como bajar solo al río.
    Esta soledad no siempre es bien entendida por los (las) no pescadores. Nos creen solitarios, huraños, insociables, cuando no es así. Es verdad que solo quién sabe estar en paz y a gusto consigo mismo sabe estar bien con los demás, en compañía.

    Este año tuve un momento "zen" perfecto, luchando con una buena trucha en medio de un charco grande y precioso, metido en la corriente. Llegó un momento en el que no sufrí por que la trucha se escapase, me sentí feliz saboreando despacio esos largos minutos hasta que acabó en la sacadera (podía no haber sido así). Fue una mañana de soledad tan especial que luego la he recordado muchas veces.

    ResponderEliminar
  3. Aunque a veces, la soledad no es tan idílica como nos gustaría. Así lo conté hace año y medio largo en un artículo del otro blog que tengo.
    http://pescadoresdelmonton.blogspot.com.es/2011/01/pescando-en-soledad-veces.html

    ResponderEliminar
  4. Tienes razón. Lo acabo de leer. A veces vamos solos y encontramos en el río a la marabunta. La temporada pasada me sorprende un tipo, tirando tocones recién cortados a la garganta (tocones como de diez kilos), en la misma poza donde intento lanza mi mosquita. ¿qué hace Usted?, le pregunto... Nada. Me responde. Tirando palos en la cascada, a ver que pasa. Y un poco por encima latas, restos de papel de aluminio... Tirando tocones, el cafre, tocones que por otra parte habría cortado alguien para algún fin ¿hacer leña?, ¿limpiar la ribera?... y que ahora se amontonaban en la parte baja del charco... donde yo intentaba pescar...

    Si, el río es de todos, pero hay muchos que no lo saben, creen que es sólo suyo y encima lo enmierdan (seguro que su casa la tienen limpia como una patena). No sólo domingueros. El año pasado, en el mismo lugar de la foto de la carpa veo a un pescador pegando pisotones en la cabeza a un buen bass que acaba de sacar con un rapalón, delante de su novia. ¡¡Estos bichos muerden!! decía tan chulo el cafre, ante la admiración de la novia aburrida... y la orilla llena de bolsas de pienso para carpas, hilacos, envases de gusanos, latas de cerveza, etc... puf.

    Si, la soledad, cada día más difícil.

    ResponderEliminar