El tiempo aquí es distinto. En el río volvemos al tiempo solar, al tiempo lento, sin horas. El reloj se convierte en un chisme extraño y sin sentido. ¿Qué más da que sean las tres o las cinco? Luego es difícil volver al tiempo civilizado. ¿Civilizado?. Don sapo nos mira aburrido. Don murciélago se ha caído al agua, habrá andado toda la noche de juega y claro. Le salvamos el pellejo y le subimos a un árbol. Hoy por ti mañana por mi. Ambos se tragan un montón de mosquitos y eso se agradece.
El hijo pescador sabe que aquí en el río todos somos animales y hay que llevarse bien. Luego están los cabrones que dejan que se viertan las aguas residuales sin depurar por encima del charco de “Las Pilas”. Don sapo, don murciélago, mi hijo el pescador y yo pensamos lo mismo de esos gilipollas civilizados, que les daríamos de beber todos los días un par de vasos de esa agua enriquecida con mierda. Quien sabe. Lo mismo les gusta. Será ellos no son animales. Dice Don sapo.
Estoy aqui, como el sapo, calladica, para no molestaros. La pesca es silenciosa, solo salpicada de pequeños ruidos de agua y pájaros.
ResponderEliminarMi teclado
desentona
mmmm al parecer ese murcielago tenia rabia, debe haber muerto hace tiempo :/
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